Hay cosas en nuetra enfermedad que podemos controlar. Hay algunas que las controlamos con medicación y otras las controlamos con alimentación (en la mayoría de los casos y por tiempos variables) pero hay una cosa que para mí, sigue siendo incontrolable. Y esas son mis emociones.
Aquí entra mucho la personalidad de cada uno y lo que a mí me afecta, tal vez a tí no, pero el caso es que las emociones siempre están ahí. Son incontrolables y te juegan malas pasadas.
Hablo de las emociones negativas: miedos, fobias, stress o incluso depresión. Son todas enemigas de nuestro intestino. ¿Te ha pasado alguna vez de encontrarte en una situación, ya sea profesional como personal en la que sientes alguna de estas emociones negativas y automáticamente, tu barriga se hace notar? a mí sí y es el claro ejemplo que las emociones son super importantes en nuestra enfermedad.
Y lo peor del caso es que a lo mejor tu emoción se va, pero lo que le ha provocado a tu intestino se queda ahí por horas/días.
Hay una técnica que a mí personalmente me ha ayudado mucho y es la técnica del Mindfullness. Es una técnica de relajación y de meditación muy útil que te ayuda a controlar estas emociones. No es es un ejercicio automático ni milagroso, pero si que te ayuda en ciertas situaciones a tomarte las cosas de otra manera.
Actualmente, estoy en el punto en que estas técnicas me ayudan pero cuando ya me he dado cuenta que me está afectando. Es decir, tengo que aplicar los ejercicios conscientemente al saber que ya mi barriga se está quejando.
Si tus emociones son muy elevadas, o si sientes episodios de depresión o stress que son los más dominantes, te recomiendo que busques ayuda porque es super importante tener esta parte controlada para que tu intestino también lo esté.
¿Te ha pasado lo mismo que a mí? ¿has tenido más o menos suerte con las emociones? Cuéntame!